999: Nine Hours, Nine Persons, Nine Doors

Puede que hayáis notado que soy un poco friki. Quizá por mi amplia experiencia en videojuegos, series, libros, películas, mangas, anime... Vamos, que exudo extracto friki, para que engañarnos. El caso es que la entrada de hoy versa sobre uno de mis pequeños hobbies: las novelas visuales.
Este juego, oh, lector@s mí@s, es la razón por la que me he pasado el último fin de semana sin dar palo al agua. No he hecho absolutamente nada. Apenas he corregido, actualizado mis redes sociales ni dormido (bueno, ahí también entran el calor y la sequedad de Madrid), lo que me lleva a determinar que este juego es un invento de mis competidores escritores para arruinar mi meteórica carrera literaria.
Vale, puede que no sea muy probable, pero me gusta pensar que sí. Punto.
Así que, sin más dilación, os dejo con:

“999: Nine Hours, Nine Persons, Nine Doors”

Nueve personas encerradas por un misterioso Zero en un barco similar al Titanic que se hunde se verán obligadas a jugar al macabro juego de este maníaco: el Nonary Game. Cada uno de ellos lleva un brazalete con un número que activa una bomba en sus intestinos, y su única oportunidad de escapar de la muerte es huir antes de que terminen las nueve horas. Para ello tendrán que llegar a una puerta con un 9 escrito y salir del barco, lo que inutilizará el detonante del brazalete, y para hacerlo tendrán que colaborar y compartir información. Pero, ¿pueden realmente confiar los unos en los otros? ¿O tal vez Zero está entre ellos?

Bueno, este juego lo encontré mientras veía por enésimoquinta vez el opening de Time Hollow, otra novela visual parecida, y me lo descar... compré legalmente a través de internet, importado desde América. Y me lo trajeron en unos 4 minutos, más o menos. (Sí, creo que eso cuela...)
Para quienes no lo sepan, una novela visual es un tipo de videojuego muy popular en Japón, y no tanto en el resto del mundo. La emoción no reside en luchar usando magia, hacer galletas ni aprender inglés; es algo más completo, al menos a mi entender: aquí el placer radica en la historia. Depende del videojuego tendrás más o menos libertad de actuación, pero la parte importante es el argumento, que se desarrolla en gran medida sin que tengas que intervenir. Claro está, también hay puzles, acertijos y cosas así, pero su relevancia es mínima.
Este en concreto tiene muuuuucha historia y muy pocos puzles. Puedes pasarte media hora tranquilamente leyendo antes de que te toque hacer nada. A pesar de todo, la historia es curiosa e interesante, aunque es difícil pillarla; de hecho, teniendo como tiene seis finales distintos, hasta que no los ves todos no terminas de encajar la última pieza. Por otra parte, los acertijos son muy variados, no se repiten lo más mínimo y la dificultad cambia de uno a otro con tendencia al alza. A menudo tienes que moverte por la habitación, buscar un objeto que necesites, conseguir otra cosa... Todo esto aderezado con conversaciones que van desde la filosofía profunda/rayada mental hasta el humor más tonto, pero los diálogos son fáciles de leer y se encadenan bien. A partir de la tercera vez que te pasas el juego ya se hacen un poco cansinos, pero siempre te queda la posibilidad de pasarlos a toda prisa.
Un punto muy bueno de este juego es que todos los temas de los que hablan son verdad. Es decir, no todos TODOS, eso lo dicen desde el principio, pero lo que comentan sobre la teoría del Campo Mórfico, los científicos a los que mencionan, la existencia de los gemelos del Titanic (el Olympic y el Gigantic), el Ice IX que se funde a una temperatura muy elevada, y hasta lo de los cristales de glicerina tiene cierta parte real. A lo tonto, aprendes una serie de curiosidades bastante raras, y puede que acabes intentando mandarle mensajes telepáticos a tu familia. Os lo aviso: no funciona. Jo, con lo guay que habría sido convertirlos en mis marionetas...
Bueno, el protagonista principal es Junpei, que lleva el brazalete no. 5. Un chico majo, hábil con los puzles, de menos de 20 años. Se empeña en cuidar de todos, nunca quiere dejar a nadie atrás y, aunque él no se dé cuenta del todo, está enamorado hasta las cejas de June, la del 6. Luego están Snake y Clover, que son hermanos (él es ciego, le encanta leer y sabe mucho de casi todo; ella, por otro lado, es infantil y divertida, encantadora, y nunca se aleja de Snake), Lotus (una mujer vestida de bailarina que llena el cupo de pechos exigido por videojuego), Seven (que parece un pescador y tiene amnesia), Ace (que luego resulta ser el cruel dueño de una empresa que emprendió un juego similar nueve años antes), Santa (bueno... es majo, tiene su punto sensible y una parte trágica que hace que quieras abrazarlo y consolarlo, pero también un poco tosco por momentos), June (mona, encantadora, dulce... prototipo de novia de protagonista, nada que añadir) y el tío del 9 que... Bueh, os lo destripo, tampoco es tanto spoiler: la palma casi al principio del juego.
Lo que me recuerda que hay una serie de escenas de gore, pero solo te ponen una imagen de una mancha de sangre mientras en la pantalla de abajo te dan una descripción del cadáver y las vísceras. Nada demasiado morboso, yo les doy mil vueltas en cuanto a sadismo, así que, aprensivo o no, no creo que debas tener muchos problemas para poder jugarlo.
Bien, el final (el de verdad, que es dificilillo de conseguir) demuestra el origen japonés del juego. No solo por el juego “q” y “9” (9 se lee kyu, igual que la q en inglés), sino por lo enrevesado que resulta: resulta que Zero montó una réplica del mismo juego de 9 años antes para salvarse a sí misma, ya que la June del pasado tiene la capacidad de acceder al campo mórfico, donde el tiempo no es una barrera, y conectar con el Junpei del futuro para ayudarse a resolver los puzles. Vamos, que es una ida de olla de las gordas, pero de alguna forma lo explican todo despacito para que no te pierdas. Por cierto, una recomendación: aguantad los créditos, porque luego viene una animación en la que terminan de aclararte algunas cositas, aparte de meterte un final de esos tipo “tú eliges qué demonios ha pasado aquí, que yo no quiero currar más”.
Por lo demás, los dibujos son bastante buenos, y las animaciones (aunque escasas) también están muy bien; el diseño de los personajes es curioso, variopinto, y cada uno tiene una personalidad distinta así que, por narices, con alguno terminarás encajando; los sonidos y la banda sonora son más bien buenos, aunque no los mejores que he visto, y los diálogos pueden terminar haciéndose un poco cargantes; y, con respecto a los puzles, son complicados, pero no imposibles. Cualquiera que se haya pasado el Profesor Layton podrá con este juego sin ningún problema, porque, como ya he dicho, lo importante del videojuego es la historia. Que, por si no estaba claro, es muy buena y completita, justo como a mí me gustan.

No tengo mucho más que decir, salvo que recomiendo este juego a cualquiera que disfrute de una buena novelilla (y tenga un emulador... digo, NDS); ahora tengo que ponerme a corregir como un loco para recuperar el tiempo perdido, hacer unos pocos deberes que tengo y ponerme al día con mi Twitter y mi Facebook, a ver si ha pasado algo interesante mientras estaba en el barquichuelo. Sabéis que cualquier comentario se acepta con gran ilusión, y si alguien conoce algún juego similar siempre puede recomendármelo y haré una crítica cuando lo termine. Y ahora me vuelvo a la Ciudad de las Palabras Olvidadas :)

PD: El juego nunca se llegó a sacar en España, así que solo es accesible en japonés e inglés. Recordad encargarlo desde USA para cumplir con las leyes vigentes... (Pfffjajajajaja)

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