Hola de nuevo, bloggers míos. Después
de un fin de semana algo desconectado (¿qué queréis? Se me acaban
los plazos y tengo mucho que hacer) vuelvo para seguir compartiendo
con vosotros mis muy interesantes y siempre válidas opiniones sobre
temas diversos. O para daros el coñazo, no estoy seguro xD
Lo cierto es que hoy no sé de qué voy
a hablaros, así que voy a echar una ojeada y decido de qué os
hablo.
…
Vale, mis libros de Bachillerato no son
un gran tema. Tampoco mis textos de griego, ni mis bolígrafos, ni
mis crucigramas (sí, hago crucigramas, solo me falta el bastón para
ser un vejestorio; bueno, en realidad tengo unos pocos muy monos,
peeero...). ¿Qué más, qué más? ¡Ajá!, ¡lo tengo!
Hoy voy a reseñar...
“Diez Negritos”
Lo reconozco, soy un gran fan de Agatha
Christie, siempre lo he sido. Poirot no me convence del todo, pero
los casos sin detective y los de Miss Marple me encantan. “Diez
Negritos” me lo recomendó mi madre, me lo compró y yo me lo leí
en una sola tarde. Luego tuve que trasnochar para hacer los deberes,
pero creo que mereció la pena.
El caso es que desde el principio te
muestran un elenco de personajes de lo más variopinto, desde una old
spinster (solterona, en
cristiano) hasta una joven institutriz, pasando por un general del
ejército, un detective privado, un médico, un juez... Todos ellos
torturados por un crimen con el que tienen que cargar desde hace
tiempo, claro está. Pero eso no es todo, sino que a todos los reúnen
en una mansión en una isla paradisíaca. Y yo ADORO las mansiones y
las islas paradisíacas. Y los asesinatos.
Bien,
el asesino (utilizo el masculino de 3ª persona por costumbre, nada
de spoilers... por ahora) demuestra ser desde el principio un tipo
inteligente, retorcido y con recursos, con una mente un poco
enfermiza y una determinación absoluta por vengar los crímenes que
no pudieron ser castigados en los tribunales. Molón, ¿verdad?
¿Quién puede no querer a un asesino así? (Aprovecho para mandar a
todos los fans de L a tomar por saco, así, gratuitamente ¬¬) Y
además los mata siguiendo las estrofas de una nana, y todo el mundo
sabe que no hay nada más guay que un asesino con un patrón, ya sea
una canción, una guía de ferrocarriles, la recreación de unos
asesinatos anteriores... Tiene todos los puntos para ser guay, y lo
es más cuando llegas al penúltimo capítulo. Porque, si en la isla
no hay nadie aparte de los diez invitados y todos mueren, ¿quién
demonios es el asesino? La respuesta está en el epílogo, solo son
un par de páginas, así que nada de vaguear.
Algunos
de los personajes carecen de profundidad, como el tipo que muere la
misma noche de la presentación, o la sirvienta. No es culpa de la
autora, es que si mueren en los primeros capítulos, ¿qué demonios
de personalidad van a desplegar? Otros, sin embargo, te enamoran,
como:
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Los otros... bueno, son los típicos personajes de novela negra, almas podridas que sucumbieron a la codicia, la envidia o el odio. Que no es que me desagraden, pero me parecen un poco bastante imbéciles. Un borracho, unos codiciosos, un idiota al volante, un asesino... Sosetes por comparación.
Los otros... bueno, son los típicos personajes de novela negra, almas podridas que sucumbieron a la codicia, la envidia o el odio. Que no es que me desagraden, pero me parecen un poco bastante imbéciles. Un borracho, unos codiciosos, un idiota al volante, un asesino... Sosetes por comparación.
La
narrativa, por si no estaba claro, está al nivel de la gran diosa de
la novela negra, tanto en español como en inglés. Ligerita, clara,
agradable de leer; las descripciones son precisas sin resultar
densas; y los asesinatos... Buah, no sé cómo demonios encontró la
forma de idear un crimen para cada estrofa de la nana, algunos nunca
se me habrían ocurrido. Y, por si fuera poco, la explicación final
de todo lo sucedido es tan obvia y clara que te quedas dudando cómo
es posible que no lo adivinaras, aunque hoy en día un crimen así
sería mucho más fácil de resolver (maldita ciencia forense).
Por lo
demás, “Diez Negritos” carece de puntos negativos, o yo no se
los encuentro, y es de esas novelas que se merece la popularidad de
la que goza. Aunque, claro está, yo no soy imparcial del todo y
puede que al leerla no os parezca tan buena, pero eso es cosa vuestra
¬¬
Nada
más que añadir. Es una de mis novelas favoritas, uno de los casos
que más me gustan, fácil de leer tanto en español como en inglés,
adictiva y muy pero que muy recomendable. Las adaptaciones al cine,
por el contrario, son decepcionantes, y la versión de 1960 (fecha
aproximada, sé que la tengo por casa pero no me apetece buscarla) se
pasa la fidelidad al libro por el forro de los mismísimos,
convirtiendo una fantástica novela en una basura cursiloide adaptada
para el público americano que no acepta los finales si no son del
estilo “y fueron felices y comieron perdices”. ¿Qué? Es verdad,
los americanos son unos fans de los finales románticos de baratillo,
y lo llevan demostrando desde hace siglos.
En
fin, que os la recomiendo encarecidamente. Puede que os guste más o
menos, pero nadie en el mundo podría arrepentirse de leer un libro
así, y si lo hace que coja “Teo va al zoo” y lea algo que esté
más a su nivel. Jo, qué despreciativo estoy hoy, no me lo tengáis
en cuenta.
Anécdota
extra: hace unos años me tocó leer la versión comic de esta novela
en Inglés, y como me conocía la historia al dedillo el examen me
salió per-fec-to. Yay me! :DAh, ¿y os habéis fijado en que en vez de poner los spoilers en blanco ahora los meto en menús desplegables? Mwahahaha, cómo molo.